martes, 30 de noviembre de 2010

Tequila barato


Es que amarte… es como meterme a la ducha y querer que el agua me difumine, que de alguna manera se convierta en asido y pegue contra mi cuerpo como superficie solida.



Es que amarte… es como besar a un par de cables de alto voltaje sin cubierta, llorarle a un pedazo de tierra sepultado bajo el pavimento.



Es que amarte… es como beberme una botella tan añejada que sepa a agua de rosas de ase tiempo, como fumar en la pipa un pedazo de ruda de esa que amarga y hiela el instante.



Es que amarte... es detenerte en el pinche tiempo que me traga y solo me deja pasmada en ideologías que permanecen como realidades lánguidas ante la mirada.



Es que amarte… es como el olor a composta de la huerta de la esquina, como morder una fruta podrida de esas que su color se pierde y el sabor se concentra.



Es que amarte… es como escuchar ese puto blus que me escribiste, gravado con mi voz y la guitarra de un gran amante a las 3 de la mañana con la garganta aguardentosa.



Es que amarte es así de simple como el sexo sin orgasmos, como besarte sin morderte asta sángrate, arañarte asta dejar una que otra frase en la espalda.



Es que amarte… es como aquella taza de chocolate con dos de azúcar para no alterar mis sentidos, o como esa ultima de café con tequila barato.



Es que amarte… es tan estúpido como escribir por primera vez con las reglas de ortografía, como ponerme un puto vestido y una tanga para que acentué mis nalgas, como peinar mi cabello que creí sin remedio y hacerle el amor a mi amante sin pensar de ti…



Así de fácil es amarte, y olvidarte tras unos ojos marrón, que sabe de sexo y dolor …

Buscando ser la puta:


halle entre mis piernas, el deseo de usted, desnude con caricias el pudor,

similitud, apariencia, subjetividad de mis manos, lo mas grafico, a su sexo

jugueteando con mi orgasmo, aparate tras su lengua.

Un gemido, a la despedida de amores intrascendentes de noches estéricas,

llene de esterilidad la egocéntrica de mis miedos, lamí la punta de

mis manía acogidas, por ese pasado tan presente...

Etílicos aromas desprendidos de la pipa encendida…

Atavié la penúltima entrada de desdén mi sexo…

Adule sus hombros cansados de las mismas piernas, buscando aliviarlo con

mi boca.

Pregunte tres veces cada tres minutos

¿le lastimo?

Pero la impertinencia se acogía en la brusquedad de mis caderas,

Con la conducción de sus manos,

Renunciando a el ¡detente! del viento, pronunciado por los labios ajenos,

portadores de los dientes encajados en geografías pertinentes

a mis conocimientos...

Le rindió una lágrima a la pulcridad que se llevo esa noche,

vuelta madrugada, mientras sollozaba el arrepentimiento de el otro

lado de la cama ...

La lucidez deslumbraba los dogmas violados,

para por lo menos una noche olvidar el vicio de la soledad…


.

la soledad, un vicio


La soledad,
Un vicio que otrora los requisios de la necesidad,
Las manos ausentes de calor,
Caderas deseosas de algún movimiento brusco entre las piernas.
Labios lastimados de mordidas nocturnas,
Por los dientes propios del deseo.

Ya tiene noches, que no recurre a la mano en la entre pierna,
Oh al calor de un fiel amante,
Días, que no habla de ese instinto prevaleciente
En el lóbulo izquierdo del pensamiento,
Tardes, de hoteles baratos, gritos de puntos críticos,
Clímax extraviados, ataviados después de un trago de mal whisky.

Sus escritos, más malos que nunca,
Y sus nauseas por todo lo que lee,
Se olvido del cielo,
Y por lo mismo ya no toca la tierra,
Suspendida en ese punto
que no recurre mas que a pasados
 después de media noche.

La recamara de sus padres,
El sillón de un amigo,
El parque más transcurrido de su vieja ciudad,
La iglesia que por siglos la mirara con pecado,
Las sabanas de cualquier hotel al sur del país.

Dejar de ser la amiga de… el, de alguien.
Dejar de ser la esposa de… el, de alguien.
Café, tequila, canela, marihuana.

Dejar de ser la amante, de… el, de alguien.
Dejar de ser la puta, de… el, de alguien.
Café, tequila, canela, marihuana.

Recurrirá a acecinarte en sueños,
Violar tus deseos,
Despojarte de tu presente,
Dejarte una vez a más desnudo ante la nada
Y por la razón necesaria, sin ti.

Secar sus labios, por sus silenciosos te amo,
Sus manos sin movimientos y recato,
 Las caricias con la mano bajo el pantalón,
Y el deseó tras las ganas de no dar lo que no es mío.

La estúpida prosa, y las ganas de que se la relate una vez más.

Un blues para nada, que cura todo.
Un libro para nada, que mitiga todo.
Una pluma, una hoja y esta nostalgia real,
De que realmente, ya no le escribe.

En que momento dejaste secar las lagrimas en la almohada,
Por que tu colchón se tiro al olvido
Después de las noches en vela.

Le suspiraste a la nada,
Brindaste por algo más,
Te indigno el clima,
Y deseaste no sonreír un día.

Tequila, por vodka.
Sociedad, por soledad.
Nitzchen, por Benedetti.
Hombres, por libros.
Poesía, por jurisprudencia.
Deseo, deseo, deseo, por nada.
Tres veces más puede que aparezca
Deseo, deseo, deseo.

Ya tus suspiros fueron más nítidos,
Y su recuerdo menos promiscuo,
Ya tus deseos fueron menos egoístas
Y tu cuerpo más accesible.

Ya tus letras dejaron los menesteres,
Y la escritura la inspiración.
Y me preguntas,
¿Por qué la falta de apetito mujer?
Será por que no estas tu!
A venga estúpida la exposición.
Un maldito año de asueto y los nervios de la nada.