martes, 30 de noviembre de 2010

la soledad, un vicio


La soledad,
Un vicio que otrora los requisios de la necesidad,
Las manos ausentes de calor,
Caderas deseosas de algún movimiento brusco entre las piernas.
Labios lastimados de mordidas nocturnas,
Por los dientes propios del deseo.

Ya tiene noches, que no recurre a la mano en la entre pierna,
Oh al calor de un fiel amante,
Días, que no habla de ese instinto prevaleciente
En el lóbulo izquierdo del pensamiento,
Tardes, de hoteles baratos, gritos de puntos críticos,
Clímax extraviados, ataviados después de un trago de mal whisky.

Sus escritos, más malos que nunca,
Y sus nauseas por todo lo que lee,
Se olvido del cielo,
Y por lo mismo ya no toca la tierra,
Suspendida en ese punto
que no recurre mas que a pasados
 después de media noche.

La recamara de sus padres,
El sillón de un amigo,
El parque más transcurrido de su vieja ciudad,
La iglesia que por siglos la mirara con pecado,
Las sabanas de cualquier hotel al sur del país.

Dejar de ser la amiga de… el, de alguien.
Dejar de ser la esposa de… el, de alguien.
Café, tequila, canela, marihuana.

Dejar de ser la amante, de… el, de alguien.
Dejar de ser la puta, de… el, de alguien.
Café, tequila, canela, marihuana.

Recurrirá a acecinarte en sueños,
Violar tus deseos,
Despojarte de tu presente,
Dejarte una vez a más desnudo ante la nada
Y por la razón necesaria, sin ti.

Secar sus labios, por sus silenciosos te amo,
Sus manos sin movimientos y recato,
 Las caricias con la mano bajo el pantalón,
Y el deseó tras las ganas de no dar lo que no es mío.

La estúpida prosa, y las ganas de que se la relate una vez más.

Un blues para nada, que cura todo.
Un libro para nada, que mitiga todo.
Una pluma, una hoja y esta nostalgia real,
De que realmente, ya no le escribe.

En que momento dejaste secar las lagrimas en la almohada,
Por que tu colchón se tiro al olvido
Después de las noches en vela.

Le suspiraste a la nada,
Brindaste por algo más,
Te indigno el clima,
Y deseaste no sonreír un día.

Tequila, por vodka.
Sociedad, por soledad.
Nitzchen, por Benedetti.
Hombres, por libros.
Poesía, por jurisprudencia.
Deseo, deseo, deseo, por nada.
Tres veces más puede que aparezca
Deseo, deseo, deseo.

Ya tus suspiros fueron más nítidos,
Y su recuerdo menos promiscuo,
Ya tus deseos fueron menos egoístas
Y tu cuerpo más accesible.

Ya tus letras dejaron los menesteres,
Y la escritura la inspiración.
Y me preguntas,
¿Por qué la falta de apetito mujer?
Será por que no estas tu!
A venga estúpida la exposición.
Un maldito año de asueto y los nervios de la nada.

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